La nación, la patria, no se confunde del todo con el Estado. El Estado mexicano, desde la independencia, ha cambiado varias veces de forma o de Constitución. Y siempre ha sido la misma patria. El respeto a la patria va acompañado de ese sentimiento que todos llevamos en nuestros corazones y se llama patriotismo: amor a nuestro país, deseo de mejorarlo, confianza en sus futuros destinos.
Este sentimiento debe impulsarnos a hacer por nuestra nación todo lo que podamos, aun en casos en que no nos lo exijan las leyes. Al procurar nuestras legítimas ventajas personales no hemos de perder de vista lo que debemos al país, ni a la sociedad humana en conjunto. Y en caso de conflicto, el bien más amplio debe triunfar sobre el bien más particular y limitado.
En esta división del trabajo que es toda la existencia humana, nuestro primer paso. Y a veces el único que podemos dar, en bien de la humanidad en general, es servir a la patria. De modo que este deber no se opone a la solidaridad humana, antes la hace posible y la refuerza.
Cuando hay lucha entre las naciones, lo que no pasa de ser una desgracia causada por las imperfecciones humanas, nuestro deber está al lado de la propia patria, por la que tendremos que luchar y aun morir. Cuando hay armonía y entendimiento, debemos sentirnos, en todos los demás países, como unos representantes no oficiales del nuestro. Debemos conducirnos teniendo en cuenta que los extranjeros juzgarán de todo nuestro pueblo según como a nosotros nos vean portarnos.
El progreso moral de la humanidad será mayor cuanto mayor sea la armonía y el respeto entre todos los pueblos. La paz es el sumo ideal moral. Pero la paz, como la democracia, sólo puede dar todos sus frutos donde todos la respetan y aman.
Lo que hemos hecho de ella y para ella los mexicanos del pasado y del presente constituye nuestra patria. En momentos críticos, es preciso servirla con actos heroicos, para salvaguardar su integridad o para preservar la práctica de principios fundamentales: libertad, justicia, democracia, Derecho. Pero en situaciones normales, la engrandecemos mejorándonos cada uno, sirviendo a la sociedad de que formamos parte y haciendo lo mejor posible la tarea que cada uno hemos elegido.
La patria es el campo natural donde ejercitamos todos nuestros actos morales en bien de la sociedad y de la especie. Se ha dicho que quien ignora la historia patria es extranjero en su tierra. Puede añadirse que quien ignora el deber patrio es extranjero en la humanidad.