El olor de las horas
las seis de la mañana huelen a hierba untada de barro y tierra
las siete y media a café tostado recién hecho traído desde la sierra
las nueve de la mañana huelen al colibrí que persigue el rastro de los colores
las once a la sal que llega desde las costas y a madera seca que esparcen los bosques
la hora del mediodía huele al perfume de las cerezas a miel y a gardenias
la una de la tarde huele a la carne fresca asándose sobre la leña
las tres al rastro de las sombras que lento avanzan cual si fueran del tiempo pareja
las cuatro de la tarde huelen a la lluvia que quiere caer no cae y se estanca en la arena
las seis a chocolate o castañas depende del humor de las tardes serenas
las siete huelen a vino tinto a un lado del fuego de la chimenea que arde y calienta
las once de la noche huelen a la mezcla de la vainilla con el sudor tuyo y el mío
la medianoche a nuestros cuerpos enrollados quietos desnudos y fríos
las tres de la mañana al incienso de una noche de insomnio y triste
las cinco a lágrimas de una luna solitaria que llora a su lejana amante imposible
y las demás horas
y sus minutos
y cada segundo
huelen a vida
a vida
las horas
huelen
mientras se vivan
VDL
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