Se desespera una pena al borde
de caer
Se aferra al instante y pende de
un hilo
Tiene la costumbre de tirar
de algo que no dá
Se vuelve a desesperar
Brota un lágrimeo nasal
como cuenta de mantial
Calcula con astucia la caída
se destraba las piernas
y no se deja ir
Dice que avaritando su mala racha
se deja estar
Retira sus manos del fuego
Se vuelve a asomar
Mira con gallardía el revoluto
de los pájaros que se suicidan
Se aprieta el pecho
Se afina las cuerdas
Y grita enfadada los ecos de
un recuerdo a gran escala
Esta hecha de noches aún por amar
Como buena artista deja el suspenso
para el final
Se toca a partes y se reparte
a migajas en la intimidad
Es una pena vértigo
Una pena misteriosa
Que mira y suspira
Y nada que se tira