Del poemario Marca de agua (2006-2007)
Fosforece una árida voz cansado perro de presa casi vislumbre de la mañana. Es repetir y golpear márgenes y es siempre insistir
Improvisar realidades reinventar apuntes por un amanecer templado de besos apostar y perder toda la llanura desde la puerta entornada.
Entre aurora y crepúsculo un largo viaje de palabras no dichas o apenas susurradas quizá no comprendidas del todo
La ciudad quedó tan lejos las manos de mujer y el viento tan cerca. Cuál es la fragancia
ELEGÍA PATAGÓNICA VIAJE INTERIOR He aquí por fin la calma del silencio. Dejé atrás el camino
Desde siempre amo la noche ese estar fuera del tiempo muda oscilación memoria de la certeza de la luz de mañana
Entre los surcos de las espinas de calafate confieso la aridez pueblerina. Sólo el piño ovejero renació
Sentidos y contrasentidos cada cambio de marea se mece siempre a solas entre escapar e insistir casi sin palabras.
Vivam, parsque mei multa supers… Ovidio, Amores, I 15 Mi hija se somete a la disciplina de las letras alarga y encorva la mano
Las huellas de la realidad un puñado de arena apenas guijarros en el rumor del silencio páramo de gota de agua
La plantan al frente de la nave tal vez parezca inmóvil pero debe hacerse cargo del timón. Sobrevienen tempestades
Todavía extraños avanzamos cautelosos el viento se escurre en el horizonte la pausa del silencio
Tiempo real entre paréntesis el de la espera. Paciencia destilada gota a gota pensando qué hará
Sola honro melancolía vastedad y existencia pequeño vislumbre humilde esperanza devenir en el que escucha
Un hombre cualquiera una mujer cualquiera se reconocen al instante tan íntimos tan próximos tan aleja… En la afonía de un aleteo