Ábrese el fuego, y salta la burbuj… metálica de un pez; barre los ojos una flor instantánea; doble salto mortal, ensaya el corazón. Amigos, algo mejor gocemos que un lamento.

Por encima de todo, simple y fuert… tu vocación para la desventura. La esperanza y la celda de amargur… y tu sueño incapaz de contenerte. Ciega sin lumbre miras, de tal sue…

Suelta su vago humor de vidrio contrito, mi alma; desde el fondo, un burbujear de fango encrespa; y el águila insomne que empollaba en mí las brasas del valiente,

Amapola trastorno, exaltación morada, disparate. Salga lo que saliere. Y qué estruendo de alas, y qué dul… lastre sentimental sobre la lengua…

Algo se me ha quebrado esta mañana de andar, de cara en cara, pregunt… por el que vive dentro. Y habla y se queja y se me tuerce hasta la lengua del zapato,

Amiga a la que amo: no envejezcas. Que se detenga el tiempo sin tocar… que no te quite el manto de la perfecta juventud. Inmóvil junto a tu cuerpo de muchacha dulc…

Son olor de lluvia tus cabellos. Nocturna memoria del estío. Y el umbral ansioso de la casa se alegra en tus zapatos rojos, tu meso de musgos claros goza.

En el vértigo del pozo angélico gira y echa flor en los desiertos de la sal, y les procura puertas y pájaros cálidos y frutos. Nueva, la carne se acrisola

Te abraza la lluvia en su descenso de resbalantes lenguas párvulas; descifras su caída al sesgo; sus tocamientos multiplicas en ti; los amparas, te conocen:

Desde su nudo a ciegas, desde su ramazón violeta, suena encogida en su hervor la sola fuente del conjuro que te llama. Tú, palabra antigua, bajo el lirio

Hoy, porque no quiero entristecert… no has de llevarme a donde quieras… en marchita cuna está meciendo a tu ajeno corazón el alma. Bajo el tiempo enraízan los pesare…

Yo seguiré cantando. Tú habrás mu… Habré yo muerto y seguiré cantando… Ha de sonar mi voz de vida, cuando la muerte en celo me haya descubie… Como surgidas del sepulcro abierto…

Están cantando adentro; hay cantares ahora en esta casa. Entonces, fue verdad. Tengo la ll… pero toco en la puerta como cuando era el nadie que llega…

Área sonante, ovario de la noche carnal; abrevadero insistente y monótono en la arena del oído terrestre. Y tocar, hacia dentro, el oleaje

Esta noche de trenes, de poblaciones emigrando, de corporales sueños, de violadas respiraciones en la arena movediza del viaje, lo recuerdo.