Todavía quedan en mi vestigios
de tu paso fugaz por mi vida,
Recuerdos amargos que nunca
se olvidan,
Y aunque aún conservo en mis labios
el fuego de tus besos;
mas mi corazon se contriñe
con la cruel traición que le has hecho.
Quisiera poder recordarte de una forma más amable,
Pero es que es inevitable no acordarse
De lo cruel y canalla que fuiste,
y eso me pone muy triste.
Yo que te amaba sinceramente,
y tu me traicionabas despiadadamente.
Que fatalidad!.
Hoy me pregunto si aún vale la pena seguir nombrandote siquiera,
Más las huellas de las golondrinas
el viento se las lleva,
Y en el desvelo de mis noches sin noches a Dios le ruego
Que no te hagan lo mismo que a mí me has hecho;
Más si sembraste tempestades no puedes cosechar vientos,
Ni de los aromos se pueden segar ciruelos.