Desde Lima capital,
con cielo panza de burro,
nos llegó pa’acá un bacán
que en Orvault plantó sus muros.
Creció en un barrio achora’o
chalets crema, verde, salmón
ladrillo blanco o rosa’o
puertas falsas y hormigón.
Del patio del cuarenta
hasta el sesenta y nueve saltó,
allí una morena alerta
salseando lo conquistó.
Y no la hagamos tan larga
porque bailando « meneaítos »
detrás de tanta puerta falsa
terminaron con tres chiquitos.
No se equivoquen señores
si creen que es un vividor,
porque, calentando motores,
les voy contando que no es traidor:
Pues pa’ salir a buscarla
ahí no más trepó a un avión
y hasta Oyama se fue a ganarla
en el mítico Japón.
Y ya forrados con billete
pensaron, con su morena criolla,
a esta Europa de vejetes
venir a parar la olla.
Y así el Atlántico cruzaron
hasta la pequeña Nantes
Adiós Mirones, adiós blocks rosa’os
adiós patios, puertas falsas de antes.
También a mí esta ciudad, refunfuñando, me recibió
con sus calles limpiecitas
tan diferentes, si la vieran, a la Lima que me parió
aquí ni emolientero, ni caserita.
Pero toda desazón, digo, tiene su sazón
pues andando un día, un Gran Combo me trajo
a esta linda familia de inmenso corazón.
Y desde entonces ¡qué relajo!
Con los Prado, alegría y emoción
bailamos con desparpajo
y llevamos juntos esta canción.
Escrito el 5 de mayo del 2018
Milagros Salcedo