Sobre un mar obediente a su destino
Rompe la tarde crepúsculos de flores,
Y oscurece la noche a los colores
Una luz, que se aparta de su camino.
Juego de peces sobre su fuente mar
Pasean por los ojos seguidores,
Y el cielo, a los bordadores mares
Hacen competencia a los invasores.
Por la mojada silenciosa y soledades
En una agua de líquidas praderas,
Va una canoa, con dos navegantes
Disfrutando de su inmensa grandeza.
Y en la pausa del mar del agua larga
Las olas vuelven a sus fronteras,
Siento que flota la raíz de mi alma
En la dulzura amable de su belleza.
Un mar sin rostro y sin una identidad
Buscando por el ruedo del suspiro,
Tiernos colores desnudos del arcano
Tinieblas musical de todo mi retiro.