Navegaba libremente sobre las nubes
Sobre el infinito mar, me paseaba...
Cuando asombrado de ver tanta hermosura,
Mi espíritu sobre el mar se regocijaba.
Un bello mar de dorados cristales,
Sobre mí rostro se reflejaba,
Y un bello ocaso que desde lejos me mira,
Sobre el anochecer dónde se ocultaba.
Incesante, como las estrellas que brillan;
Brillaba el mar de plata,
Y el final se extendía en línea interminable
Entre la luz que se alejaba.
A lo largo del viaje de toda esa belleza
Las olas bailaban con dulzuras,
Un canto hermoso desde el fondo del mar
Serenaba mi alma con ternura.
No podía dejar de sentirme libre, tan vivo
Tan feliz, motivado a mi paso,
Y mi corazón llenándose del placer
Por ese mar turquí, del cual tanto amo.