En la bruma de mis pensamientos perdidos.
Me sumergí en un mar de dudas y suspiros,
Pues me repetías que era la niña de tus ojos,
Pero tú añorabas a otra en tus brazos.
Confundida entre promesas y desencantos,
Me aferré a la idea de ser tu todo,
Pero en tu mirada encontré el vacío,
De un corazón que anheló ser querido.
Me repetías, que era tu luz y razón.
Pero tú buscabas en otros brazos consolación,
Y yo, en mí confusión me desvanecí,
Sin comprender por qué no fue suficiente mi amor de verdad.
En mí corazón alberga una dulce ilusión,
De ser la única en tu mundo de pasión,
Pero la realidad me golpeó con crueldad,
Cuando descubrí que anhelabas a otra en realidad.
Aún asi, en mí confusión y el dolor,
Me aferré a la esperanza y al amor,
Pues aunque no fuera la niña de tus ojos como creía,
Mí valía y luz brillaban cada día.
—Y.