Es mi mano la que escribe más mi mente la que dicta mi corazón borra y mi mano reescribe. Sobre perlas de lágrimas
Sonidos mudos para la escucha Irremediable búsqueda del ser Lentitud acomodada del pensamiento Entendimiento crucial para el alma Negligencia aparcada en la cuneta
Soy arruga en el pliegue de tu pie… que somete tu edad a la custodia Soy vida y muerte en la mañana que no cesa en el fundir del hierro
En el níveo momento del crepúsculo dónde el manto arropa la salvia rebrota el origen. En la añoranza del instante el sentir se enfatiza,