Son esos tus ojos tan grandes y hermosos,
la ventana que ha puesto mi gran Dios,
para asomarnos y ser tan dichosos,
para ver el paraíso que el nos dio.
Es tu boca como una fruta prohibida,
manjar que mi señor Dios nos negó,
pero si pecado es darle una mordida,
por esa boca juro me condeno yo.
Eres un ángel que Dios ha mandado,
para sacarme de mi desolación,
pues la vida ya se ha encargado,
de ponerle muchas pruebas a mi corazón.
Del mundo el más feliz sería,
si aceptaras conocer mi corazón.
que esta reservado para el día.
que llegue quien me llene de ilusión.
Solo una cosa te pido por compasión,
Si no te intereso entiérrame una daga
que me atraviese el corazón,
pues tal vez solo sea eso lo que haga
que termine al fin mi desolación.