Ma José Ocaña

Poco a poco

 
Para mí, lo cómodo sería
entregarte mi alma
sólo con la mirada.
Ser toda tuya
en un módico esfuerzo de iris y pupila.
Vaciarme al abrir
cada día los ojos y contemplarte a Ti.
Pero no...
nunca seré capaz
de entregarme de golpe.
Ha de ser poco a poco,
al ritmo que nos marcan los relojes.
Ha de ser gesto a gesto
y sonrisa a sonrisa
y beso a beso...
¡Irrepetibles todos, todos únicos!
Si los tienes en cuenta,
—que los tienes—
también los pensamientos,
los que cobrasen forma
y los más tímidos,
los que se me diluyen en la mente
y nunca son palabra
que te acaricie el tímpano.
Esos también.
Están cronometrados por minutos,
por horas, por la vida.
—Porque el verbo “vivir”
se vive por etapas.-
Las lágrimas, las obras, los poemas
todos tienen su fecha de salida
y un destino,
su recorrido – ¿largo, árido, azul?–
su medio de transporte
que se llama “entregarse”,
su modo, que es amando,
su punto de llegada
que siempre serás Tú.




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