Luis Bryant Arenas Romero

Traición de tiempo.

Los ruidos de la polémica en la que se disfrazan las mentiras. Abrazan mi pequeña cabeza por las noches. Haciendo mi zozobra un nicho donde escondo desesperadamente la infancia. Me has querido liar mis ideas, pero el tiempo fue el que habló. El tiempo fue quien me marcó como su huraño favorito y cuando mis días de felicidad se pisotearon un mendaz llegó a mí con apariencia castiza, su amistad tan palpable como la mano que me dio al levantarme del rincón donde lloraba.

Mientras nos convertíamos en la fusión más perfecta del mundo, el tiempo fue una ventura. Pero como todo, éste también tuvo su final. Mientras tanto aquel hombre que me hizo daño, hoy yo ya no le hablaba, ni siquiera lo consideraba. Sólo veía con pena al dipsómano que me engendró. Tanto daño intentó ocasionar a mis dulces princesas, a las únicas personas que amaba. Volví a la obscuridad donde me puedo esconder y nadie me puede ver. Pero su presencia alumbraba mi obscuridad. ¡oh! ¿Mi buen amigo en realidad me merecía tu compañía?, Te has vuelto como los perros fieles que jamás abandonan a sus dueños. Eres mi paraguas en la lluvia, mi luz en la sombra y mi alegría en la tristeza.

Pero aún siento que sigues siendo un mendaz, me pregunte cada noche qué era lo que escondía, su encanto, su piel aterciopelada, sus cascadas del cabello. Un pedazo de hombre que no molestaría a nadie su compañía. ¿Por qué desperdiciarla con la mía?

Tan sólo si esos ojos aceitunados no hubiesen visto los míos como yo vi las estrellas aquella noche que me sentía tan completo.

Te pido por favor que me dejes en paz pues ya no requiero tu amistad, las heridas que le hice no fueron ni un poco comparadas a las que él ocasionó, pues el mendaz salió de la cueva obscura a la que yo observaba con curiosidad y desde ella salió la flecha que atravesó mi corazón y lo destruyó pues la fuerza con la que la lanzó no me dejó ni reaccionar.

Sus labios rosados fueron como una puñalada a mi ser que me asqueó, no por lo que hacía sino por la confusión que creó dentro de mí. El río de lágrimas se hizo un océano completo, pues aborrecí el amor y todos sus efectos.

Ese océano de lágrimas se congeló y cuando alguien lo quiso derretir volteé a ver a mi amigo al que no dejaba pasar. Tormentoso fue el día que acepte la verdad, pero el tiempo así como esa felicidad que me concedió me la arrebato.

Pues cuando uno conoce el amor no siempre es de la manera en la que imagina, cruel es y cruel será pero su desliz tendrás que disfrutar.

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