El crepúsculo cayó sobre mi diván, a las maderas del ventanal le siguen crujiendo las bisagras, cualquier día de estos tendré que mudarme, miro tras los cristales, ahí afuera los cantores se bajaron de los árboles, la dura jornada para ellos finalizó.

Me recreo en mi recreable, amarga y fiel taza de café, que acude germánicamente puntual, la única que sabe derramar sus amargos posos sobre mi paisaje.

Viejo papel de un diario que impregna mis manos de tizones e intentando engañar la paranoia, va germinando la enajenación que hecha de tanto en tanto algún brote de lucidez. Las secreciones de palabras campan a sus anchas por la mente y de repente!, me doy cuenta que en la sección de sucesos no publican ya noticias tuyas.

Paso las hojas pidiéndole permiso a la sequedad de mis labios, destaco las noticias importantes, las del tiempo! que predicen que, según la escala sismológica de Richter, por la aproximación de la devolución de suspiros, de escala 6,9 se estima que van a devastar parte del corazón de la ciudad y se prevén grandes pérdidas.

En la sección de cultura y sociedad local, una nota, “Este año el Festival de los Sentidos no se celebrará”

Por motivos de enfermedad del Director de la orquesta musical, el himno de la alegría no sonará este mes de Septiembre, lamentablemente no salpicará el alma con sus bellas notas a aquellos que sienten la llamada patria del amor, que miran con orgullo su ondeante bandera con los ojos de la felicidad.

Lola Maldonado (Valquiria de Lunas)

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