Para una estatua de la Farmacia
#EscritoresEspañoles
Cede al temor el luso fugitivo, y el Rey cercado de enemiga gente, desnuda ya la coronada frente, resiste y lidia con esfuerzo altiv… Los que le quieren prisionero y vi…
¿Me veis que serio estoy? Pues no… la adusta gravedad de mi persona, que adentro tengo el alma retozona diverso de mi genio es mi semblant… Prosa o verso me dicten elegante
Este es Guadiela, cuyas ondas pur… van a crecer del Tajo la corriente… esta la selva deliciosa, donde Horas del ardor estivo las bellas hamadríades, formando
En la gala y compostura que a nuestras jóvenes das, Lesbia, tu invención se apura; si las dieras tu hermosura, nunca te pidieran más.
Apenas, Fabio, lo que dices creo, y leyendo tu carta cada día más me confunde cuanto más la leo. ¿Piensas que esto que llaman poesí… cuyos primores se encarecen tanto,
Id en las alas del raudo céfiro, humildes versos, de las floridas vegas que diáfano fecunda el Arlas… adonde lento mi patrio río ve los alcázares de Mantua excelsa…
Nací de honesta madre: diome el ci… fácil ingenio en gracias afluente; dirigir supo el ánimo inocente a la virtud el paternal desvelo. Con sabio estudio, infatigable anh…
Ese que yace en la sangrienta aren… espantoso cadáver destrozado fue siervo obscuro intrépido sold[… caudillo de las águilas del Sena. Por él la gran Madrid de horrores…
Tu crítica majadera de los dramas que escribí, Pedancio, poco me altera; mas pesadumbre tuviera si te gustaran a ti.
Rumbo mejor, Licino, seguirás no engolfándote en la alt… ni aproximando el pino a playa mal segura, por evitar la tempestad oscura.
Cupido no permite que mi canto celebre los héroes que la fama coronó de laureles. Él me inspira dulzuras
Ya la feliz ribera del edetanio río a gozar vuelve su beldad primera, y los que devastó furor impío de Gradivo sangriento,
Deja tu Chipre amada, Venus, reina de Pafos y de Gnido, que Glycera adornada estancia ha prevenido, y te invoca con humos que ha espar…
El niño ceguezuelo adormeciose un día en el recinto oscuro de los bosques del Ida. Venus temor concibe
Aqui yace mi mujer ¡qué dicha para los dos! ella se fue a ver a Dios, y Dios me ha venido a ver