¡Ay falta de dignidad que apareces!
Cuando solloza dormido el pensamiento.
No perdí nada y a la vez tanto, si tanto faltaba
por ser entregado.
¡Dime tú amor idiota dónde quedaste!
Si aquí me dejas con alas rotas.
¿Quién será la que te abraze ahora?
Y tú, amado mío; conmigo en el cielo.