Banquete
Me has encontrado al fín
entre tanta marea verde,
entre tanta fuga,
campanas de mi garganta,
me has encontrado
como el cisne herido,
mendigando estrellas,
pero si ves la levedad de mi sonrisa,
entenderás que hasta el mar
se cansa de tanto llorar,
que el héroe a llegado
al final del camino de viento,
¿Acaso comprenderás
las raíces de tu salvaje corazón?,
Una tormenta fue acercándonos
hasta aquí,
hasta el silencioso esplendor,
donde la mente gira imparable
en su máquina imaginaria,
sombras radioactivas del conocimiento
estallando desde el fondo
que habitamos,
una oración significando la distancia,
un leve detenimiento de pupilas agitadas,
mordiéndose la tímida dulzura labial,
entregados al misterioso
juego del querer.
Has sentido toda la noche
palpitar en tu boca,
de verdad has visto?
todo el temblor
que une cuerpos fragmentados,
has dado de verdad
tus frágiles palabras,
niña azul, niño de tiza?
Con tanto algodón mental
nunca sabrás la naturaleza
agridulce del mundo.
Tú me has proyectado
entre los caminos más perdidos,
observando mis alegrias ocultas,
dándome a saber un lenguaje de miel,
de elevada pobreza fina,
de tesoro poético
de intraducible noche roja.
Enciéndeme con maleza,
alumbra en mis aguas dulces,
házme música inconquistable,
y abrázame con tus alas
o con tu aliento o con tu vida
¡Como una estrella oscura,
encuéntrame en ti
como una melodía valiosa y olvidada!
Te fuiste sin pensar,
en una noche gris,
una noche cualquiera,
como un viento atroz
entre las ramas altas,
últimando tu liderazgo
sobre mis tentaciones,
amaneciendo mis profundos miedos,
y aquí estoy,
volviendo a nacer
luciendo al pueblo todo un
hermoso castillo de tristeza,
tatuada oscuridad que me regresa
a solitarias cuevas mentales,
paisaje hueco sinónimo de nada,
pero
tengo tanto miedo
al viejo roble que abraza al cielo
oh a la piedra que emana el silencio
oh a las palabras que nunca cesan de decirse
