todo se reduce a:
hice
lo mejor que pude
con las cartas
que me tocaron
hice y haré
lo mejor que pueda,
es un formato carente,
pero no deshonesto
y en este andar
—agujereado—
se trasluce
una inevitable ausencia
porque no hay existencia sincera
que sea suficiente
y así es:
somos finitos
es ahí
en el riesgo de un final
donde está la gracia
(de todo).