En el noveno libro
nos cuenta Platón
del guerrero resucitado
Er
Filomitos
acostumbrado a infernales viajes
apenas puedo reconocer mi alma
tras cada nacimiento
pero la tuya me es familiar
como el sabor del vino viejo
y la seca carne
ración de campaña
Te reconozco en el tiempo
princesa de almendrados ojos
te reconozco
tras cada baño
en Estigia y Leteo