A Manuel Altolaguirre
#EscritoresEspañoles #Generación27 #PoemaDelCampo (1924)
Hundido entre juncales, eludí la pasión de la mujer sin carne. Eludí la pasión, dentro de mi ramaje
Ladera cubierta de hierba. Arroyo sin fondo. Un lentisco
Para picotear sobre mi fría palma bajan aleteando las estrellas y la Osa Mayor no será nunca blan… porque ha olvidado su pasión mimét… Han puesto colgaduras encaladas
Bajo una misma luz están nuestras cabezas. Tu corazón y el mío cantan sobre las piedras cuando la noche oculta
Este brazo de fuego quemaba mi costado recubierto de brotes plenos de savia verde cuando tu cabellera
Almendros en flor. La primavera se acerca. Cerezos en flor. La primavera
Cuerda de guitarra que se rompe al templarla. La punta de la flecha fue untada
Y qué se me importa a mí, que la helada se deshiele. Y qué se me importa a mí, que los pájaros no vuelen. Y que los barcos más barcos,
Y qué se me importa a mí, que la helada se deshiele. Y qué se me importa a mí, que los pájaros no vuelen. Y que los barcos mas barcos,
¿Dónde se acaba el mar? ¿Dónde comienza el cielo? ¿Los barcos van flotando. o remontan el vuelo? Se perdió el horizonte,
Embadúrnate el cuerpo, de oscuridad y de silencio, y podrás levantar la copa de los sueños.
Yo solo me embarqué, adónde llegaré? Si el globo se perdiera, caería, en qué tierra? Si el barco naufragara,
Bañábase en la playa sin corazón y sin el velo de la desposada. Y tenía su cuerpo, sin corazón,
Los dedos de la nieve repiquetearon en el tamboril del espacio. Parábolas de nubes