Poema a una médico
Los amantes no se hacen, se nacen,
pero nacemos tantas veces como
cada vez que nos encontramos con ternura.
Hay nacimientos que no llegan a respirar.
Encuentros que no alcanzan a ser intimidad,
Y entonces, morimos un poco
como amantes no nacidos.
Intimidad encarnada,
nacida sin esfuerzo,
como flor que se abre
en el único sitio donde podía habitar.
Mi pequeña lili,
hoy tus pétalos se marchitan.
Vuelve a nacer en una tierra que te abrace;
mi cuerpo ya no es fértil y sólo te ahoga.
Ahora florece,
llora,
deja que la intimidad que fuimos
se agote.
Y si volvemos a amar en otros cuerpos,
que también renazca en ellos esa ternura,
la que un día nos hizo nacer como amantes.
