Tengo un corazón por mapa
pegado a una anacrónica pared;
lo acompañan los recuerdos, las viejas fotografías,
las frases reversibles y un calendario
pasado de tiempo al que le faltaron días.
Vos también tenés tu mapa y una ruta
señalada por los besos ya olvidados.
Todos tenemos un enorme mapa
por corazón.
Señalo un punto en el mío y ya no llego
al tuyo, frágil trama de coordenadas
desiguales.
Nombres, señales, caminos
hacen al corazón del hombre y la mujer.
Eterna geografía de circunstancias y variables;
mapamundi, extensión para el destino.
Un continente de dolor, una isla,
la sangre que revienta
en un volcán como de flores.
Serpenteando, atado a cabos de recuerdos,
lo navego en ríos de pasión alternativa,
de veredas inhóspitas
para llegar desbordado y náufrago
a sus mares y corrientes
en donde el amor otra vez hará lo suyo
y así, encontraremos el corazón
no el de papel, sino el de abrazos.