Nos reciben las calles conocidas y la tarde empezada, los cansados castaños cuyas hojas, obedientes, ruedan bajo los pies del que regre… preceden, acompañan nuestros pasos…

Lo primero, sin duda, es este ensa… de la respiración, casi angustioso… y la especial sonoridad del aire, como una gran campana en el vacío, acercándome olores

Todavía la vieja tentación de los cuerpos felices y de la juv… tiene atractivo para mí, no me deja dormir y esta noche me excita.

Os acordáis: Europa estaba en rui… Todo un mundo de imágenes me queda… descoloridas, hiriéndome los ojos con los escombros de los bombardeo… En España la gente se apretaba en…

En un viejo país ineficiente, algo así como España entre dos gue… civiles, en un pueblo junto al mar… poseer una casa y poca hacienda y memoria ninguna. No leer,

o mi paseo solitario en primavera A Fabián Estapé Este despedazado anfiteatro, impío honor de los dioses, cuya af… publica el amarillo jaramago,

La noche se afianza sin respiro, lo mismo que un esfue… Más despacio, sin brisa benévola que en un instante aviva el dudoso cansancio, precipita

La noche, que es siempre ambigua, te enfurece—color de ginebra mala, son tus ojos unas bichas. Yo sé que vas a romper

Pasada ya la cumbre de la vida, justo del otro lado, yo contemplo un paisaje no exento de belleza en los días de sol, pero en invier… Aquí sería dulce levantar la casa

Tardan las cartas y son poco para decir lo que uno quiere. Después pasan los años, y la vida (demasiado confusa para explicar p… nos hará más perdidos.

Es la lluvia sobre el mar. En la abierta ventana, contemplándola, descansas la sien en el cristal. Imagen de unos segundos,

En un año que has estado casada, pechos hermosos, amargas encontraste las flores del matrimonio. Y una buena mañana

A qué vienes ahora, juventud, encanto descarado de la vida? ¿Qué te trae a la playa? Estábamos tranquilos los mayores

La nostalgia del sol en los terrad… en el muro color paloma de cemento —sin embargo tan vívido—y el frío repentino que casi sobrecoge. La dulzura, el calor de los labios…

Ahora me pregunto si es que toda l… hemos estado aquí. Pongo, ahora mi… la mano ante los ojos —qué latido de la sangre en los párpados—y el… inmenso se confunde, silencioso,