Hoy llora el cielo en tierras valencianas,
por quienes la tormenta arrebató,
hombres y mujeres que el río abrazó,
en aguas bravas, crueles, inhumanas.
Se alza el silencio entre calles lejanas,
la sombra de sus pasos ya cesó;
en cada rincón su recuerdo quedó,
y el duelo en el aire se hace campanas.
Que hallen descanso en la paz infinita,
y en el abrazo eterno de la tierra,
que guarda en su seno su última cita.
Quedará su huella, memoria que aferra
nuestro dolor y esperanza bendita,
de hallar consuelo donde el alma cierra.