Latidos y ceniza
Latidos que son promesas,
susurros de un tiempo ido,
dibujan sombras y estrellas
en un cielo dividido.
Las miradas se deshacen
como espuma entre las olas,
y el viento, con voz callada,
se lleva palabras solas.
Instantes que son ceniza,
huellas que el alba disuelve,
y el alma, que nunca olvida,
con su herida se revuelve.
Latiendo van por el viento,
como susurros callados,
dejando en cada momento
mil recuerdos olvidados.
Se enredan en los caminos,
se pierden entre las horas,
y en sus giros repentinos
cantan penas soñadoras.
Son llamas que se estremecen,
luces que danzan y avanzan,
corazones que amanecen
y en la sombra aún descansan.
