**Comunión en las Alturas**
En la quietud de cumbres elevadas,
Donde el mundo abajo queda pequeño,
Se disuelve el bullicio, cual un sueño,
Y afloran sensaciones olvidadas.
El alma se expande con cada aliento,
Oxígeno puro, aire de vida.
La mente, antes inquieta y aturdida,
Se aquieta al compás del suave viento.
Pisadas sobre nieve inmaculada,
Cada paso, un ritual de presencia.
Se desvanece toda diferencia
Entre el ser y la montaña sagrada.
El silencio habla con voz profunda,
Susurros de piedra, hielo y cielo.
Se desprende del corazón el velo,
Y una paz infinita nos inunda.
Aquí, donde las nubes son vecinas,
El tiempo parece detenerse.
El espíritu logra desprenderse
De preocupaciones peregrinas.
En comunión con fuerzas primordiales,
Nos sentimos parte del gran diseño.
Ya no observadores, ni pequeños,
Sino uno con los ciclos naturales.
Las montañas, maestras de paciencia,
Nos enseñan a ver con claridad.
En su imponente inmovilidad,
Nos revelan nuestra propia esencia.
