#1887 #Abrojos #EscritoresNicaraguenses #Modernismo
Niña hermosa que me humillas con tus ojos grandes, bellos: son para ellos, son para ellos estas suaves redondillas. Son dos soles, son dos llamas,
¡Qué cosa tan singular! ¡Ese joven literato aún se sabe pe…
Saluda al sol, araña, no seas renc… Da tus gracias a Dios, oh, sapo,… El peludo cangrejo tiene espinas d… y los moluscos reminiscencias de m… Saber ser lo que sois, enigmas sie…
La tigre de Bengala, Con su lustrosa piel manchada a tr… Está alegre y gentil, está de gala… Salta de los repechos De un ribazo, al tupido
En medio del camino de la Vida... dijo Dante. Su verso se convierte… En medio del camino de la Muerte. Y no hay que aborrecer a la ignora… emperatriz y reina de la Nada.
El amor está en las rosas, las rosas son el amor, cupido anda entre las cosas, y hace de ellas una flor. A veces despierta un nido,
Éste del cabello cano, como la piel del armiño, juntó su candor de niño con su experiencia de anciano; cuando se tiene en la mano
El ave azul del sueño sobre mi frente pasa; tengo en mi corazón la primavera y en mi cerebro el alba. Amo la luz, el pico de la tórtola,
¡Buenos Aires! es tu fiesta. Sentada estás en el solio; el himno desde la floresta hasta el colosal Capitolio tiende sus mil plumas de aurora.
En el libro lujoso se advierten las rimas triunfales: bizantinos mozaicos, pulidos y raros esmaltes, fino estuche de artísticas joyas,
Una mañana de invierno hallé en el suelo, aterido, con el cuerpo todo trémulo y alas húmedas, un mirlo. «Hasta con las pobres aves
Junto al negro palacio del rey de la isla de Hierro—(¡oh, cruel, horrible destierro!)—¿cómo es que tú, hermana harmoniosa, haces cantar al cielo gris, tu pajarera de ruiseñores, tu form...
Yo adoro a una sonámbula con alma… virgen como la nieve y honda como… su espíritu es la hostia de mi amo… y alzo al son de una dulce lira cr… Ojos de evocadora, gesto de profet…
Amar, amar, amar, amar siempre, co… el ser y con la tierra y con el ci… con lo claro del sol y lo oscuro d… amar por toda ciencia y amar por t… Y cuando la montaña de la vida
¡A aquel pobre muchacho le critica una copa y un albur, ese viejo borracho que tiene cincuenta años de tahúr!…