No es bueno usar frases
que usaban tus abuelos
y que hoy no se entienden.
Era difícil trabajar con ella,
cuando mi escasa paciencia
se sintió noqueada la encaré
le dije: “hablemos a calzón quitado”.
Se puso en tetas y me dejó sin palabras.
Ahora la pasamos bárbaro.
Cambié de trabajo.