En verdad, senda suave, soy tu hor… y, mieses rumorosas, vuestro grano… asno del leñador, soy tu fatiga, y astro admirable, tu admirado her… Inevitable Hora, soy camino

Cubra tu forma de ánfora un sudari… lleva en la mano el arlequín de pa… del deseo difunto y desencaja de ti misma el impulso pasionario. Y anima en tu atavío funerario

Este que oprime el corazón sin rui… con la corona de sus dedos yertos, espera todavía. Aquí dormido reposa con los ojos entreabiertos. Sobre él no se inclinó mirar queri…

La misteriosa y móvil mar conmueve su torso de ira, relumbrante red, y rebramando el fondo sordo, al le… rístino, ingenuo azul del cielo ve… Como imbricado de guirnalda breve

¿De dónde vienen, de qué inaccesib… templo, de qué país maravilloso, las sombras que nos dan un imposib… beso en el sueño vago y silencioso… ¿Las coronas que en sueños nos cor…

Algunos dicen: ¿cómo es eso: muda tu arrogancia de ayer paró en vací… ¿y es justo que el silencio preste… el buen linaje de tu antiguo brío? —La gallardía memorada tanto

La firme juventud del verso mío, como hoy te habla te hablará mañan… Pasa la bella edad, pero confío a la estrofa tu bella edad lejana. Y cuando la vejez tranquila y fría

Si puesto a amar, indiferente y fr… desdeño el convivial lugar y cesa de sonreír la gracia de la mesa que es regocijo de hombre sano, an… olvidar este frívolo desvío;

Triste está la casa nuestra, triste, desde que te has ido. Todavía queda un poco de tu calor en el nido. Yo también estoy un poco

Ciudad nativa, te conozco como libro que se ha leído. Eres como un desierto color plomo, color gris invariable y aburrido. Y sueño con ciudades melancólicas,

II Odio era: no es. Que ya no existe esta otra fiebre de la carne viva. A tanto que me muere no resiste este otro orgullo de violencia alt…

Manos arbitradoras de destino, que ahora entrelacé sobre mi pecho como es de arrepentidos el derecho… sobre vosotras la mirada inclino. Nunca os había visto, manos mías,

Entro a mi casa fatigado bajo la ley del diario y mísero trabajo que seca la espontánea flor del po… de ensueño... ¡Y siempre así!...… a lo más puro y libre de mi ser,

En una antigua urna cantó un grill… Decía: “en la cabeza de tu hermano levanto un canto rápido y lozano y me sirve de atril cráneo amarill… Por furtiva rendija entré en la fr…

Mientras la tarde ponga la diadema de su fulgor letárgico y tranquilo… moribunda gloriola, en la suprema fronda del tilo; mientras mi sentimiento tenga asil…