#EscritoresVenezolanos
A un año de tu luz, e iluminado hasta el final de su latir, por el… desanda el viaje el corazón cansad… De tu voz, de tu mano y de tu huel… retorna a la niñez, donde palpita
He renunciado a ti. No era posibl… Fueron vapores de la fantasía; son ficciones que a veces dan a lo… una proximidad de lejanía. Yo me quedé mirando cómo el río se…
La última noche que pasamos juntos… lo preguntó: —¿Cuántas estrellas tiene el cielo… —Trescientas cincuenta mil. —¿A que no?
Alacrán de orilla. comadre de orillera, oculta, como una mala intención, enconosa, como una mala lengua. Quizá no entra al Río
Tránsito de un retrato de novia Hoy no ha podido el techo quítame el sol, como todos los día… hoy no ha podido el techo quítame las estrellas, como todas…
Vuelvo los ojos a mi propia histor… Sueños, más sueños y más sueños...… más gloria... odio... un ruiseñor… y asómbrame no ver en toda ella ni un rasgo, ni un esbozo, ni una…
Y ahora, vuelvo los ojos hacia la síntesis del Canto, hacia la barca del Pretérito, de parda vela y el bauprés sangrad… tu propia barca, donde tú venías,
Vamos a embarcar, amigos, para el viaje de la gota de agua. Es una gota, apenas, como el ojo d… Para nosotros no es sino un punto, una semilla de luz,
La prueba, oh mi fuerte Orinoco, te filtró to… Tú mismo, desordenado, pródigo,
Ciudadano venezolano, Casiquiare es la mano abierta del… y el Orinoco es el alma de Venezu… que le da al que no pide el agua q… y al que venga a pedirle, el agua…
Ya rindió una jornada la fiebre de… y aún están los leones de mi numen… los músculos alertas para nuevos z… y firmes los pulmones para nuevos…
Murió de nuevo un día... yo la ama… mas sin remedio se murió ese día..… —¡Vuelve, Rabino, vuelve!...– yo… pero el Rabino rubio no volvía. Pasó la niña veinte siglos muerta,
Luna de abril, descotada, con aguazal circunscrito, desnuda, con desnudez pura de pecho con niño. Luna llena, ubre de vaca,
Madre, si me matan, que no venga el hombre de las sill… que no vengan todos a pasar la noc… rumiando pesares, mientras tú me l… que no esté la sala con los cuatro…
Al hombre mozo que te habló de amo… dijiste ayer, Florinda, que volvie… porque en las manos te sobraban fl… para reírte de la Primavera. Llegó el Otoño: cama y cobertores