Craterizados los puntos más altos, los puntos
del amor de ser mayúsculo, bebo, ayuno, ab–
sorbo heroína para la pena, para el latido
lacio y contra toda corrección.
¿Puedo decir que nos han traicionado? No.
¿Que todos fueron buenos? Tampoco. Pero
allí está una buena voluntad, sin duda,
y sobre todo, el ser así.
Y qué quien se ame mucho! Yo me busco
en mi propio designio que debió ser obra
mía, en vano: nada alcanzó a ser libre.
Y sin embargo, quién me empuja.
A que no me atrevo a cerrar la quinta ventana.
Y el papel de amarse y persistir, junto a las
horas y a lo indebido.
Y el éste y el aquél.