Los poetas vanguardistas, como en el caso de César Vallejo, padecieron muy de cerca la muerte, la desesperanza, la casi certeza de una vida corta y una muerte dramática. Vivieron "La gran Guerra", ahora conocida como Primera Guerra Mundial, el mismo término "vanguardia" manifiesta el ambiente bélico que se vivía a principios del siglo XX. Ese entorno histórico movió a los artistas jóvenes de esa época a intentar cambiarlo todo de manera abrupta. En poesía desaparecen los signos de puntuación, la rima, los metros clásicos, en un intento de volver a crearlo todo. El recién descubierto psicoanálisis, les dio elementos nuevos de exploración poética. César Vallejo es uno de los mejores exponentes en América Latina de esas nuevas técnicas creativas; en sus poemas, es capaz de abrirnos totalmente la puerta a su inconsciente, comunicándonos plenamente sus verdaderos sentimientos, lográndolo con abrumadora exactitud.
César Vallejo es uno de los Poetas más sinceros que conozco, a veces un poco oscuro por esa misma sinceridad que pasma al lector aunque no lo haya entendido.
En su libro titulado "Trilce", palabra que él mismo inventó, manifiesta el profundo dolor por la muerte de su madre y de su hermano Miguel. Los poemas que lo componen son de una profunda tristeza.
Trilce II es un poema muy especial, logra trasmitir con detalles la angustia de sentirse estancado en el tiempo, aunque éste transcurre, su medio día estático, luce "relentes", esas manchas de humedad atmosférica que pueden verse ciertas noches; no ocurre nada, el Poeta sigue atrapado en el hastío, de angustia por lo irremediable, de impotencia. La reiteración de cada palabra clave al principio y al final de cada estrofa, me figura el incesante y monótono tic tac del reloj. Se incrementa al final porque aumenta la desesperación. Vallejo, aquejado por el tedio, se siente como una bomba a punto de explotar en esta vida tan aburrida como un cuartel, que le "achica" la existencia.
Invariablemente recurre al pasado, pero se entrevé que ha sido tan monótono como su presente que lo ahoga. Los gallos "cancionan" (palabra muy de él, como "Trilce"), escarbando en vano la llegada de la mañana, pero el tiempo se halla estancado en un medio día no muy bello. Los gallos no atestiguan el nuevo amanecer.
Caliente, es decir, vivo pero estancado, hay un asomo de esperanza cuando le concede al presente decir "guárdame para mañana"; pero me da la impresión de que ese "mañana" estará tan vacío como su "hoy". El remedio está en encontrar su identidad, cosa nada fácil. Si tan sólo supiera qué es lo que le sucede, lo que le "H"eriza, algo extraño hizo el poeta con esta palabra, le añadió un "H" ¿Herida?; ¿Hombre?; ¿Las dos? Es posible. Porque lo que lo eriza es una herida de profundo dolor y él la padece como hombre mortal.
Me gusta el hipérbaton que utiliza: "... cuando heriza nos?" es decir, nos involucra a todos y está confuso, como nosotros. Eso que "Heriza" se llama "Lomismo", inventa otra palabra, le da atributos de sustantivo propio y eso que padece, es el tiempo que nunca cambia, donde se encuentra estancado.
No nos deja esperanza, termina el poema en busca de su nombre; la palabra final es "nombrE", imagino que la mayúscula al final puede ser un grito desgarrado o tal vez un eco.
(1922)