Pasó la tempestad.. . ¡Emprende e… como el ave del área, espíritu de amor y de consuelo! Que ya el iris de paz su franja en… se alegra el firmamento

¡Levántate, alma mía, por el materno amor transfigurada, y a los confines del espacio envía el himno de la dicha inesperada. Y tú, que abres conmigo

Llega en buen hora, mas no presuma… ser de estos valles regio señor que en el espacio mueren tus bruma… cuando del seno de las espumas emerge el astro de esta región.

Quejas del alma, vagos rumores, lejanas brumas, rayos de luz, fragante aroma de índicas flores, himnos de guerra, cantos de amores brotan al ritmo de tu laúd.

Desgarra, Patria mía, el manto qu… sobre tus hombros puso la bárbara… levanta ya del polvo la ensangrent… y entona el himno santo de unión y… Levántate a ceñirte la púrpura de…

Memorias venerandas de otros días, soberbios monumentos, del pasado esplendor reliquias frí… donde el arte vertió sus fantasías… donde el alma expresó sus pensamie…

Quiero contarte, dueña del alma, las tristes horas de mi dolor; quiero decirte que no hallo calma, que de tu afecto quiero la palma que ansiando vivo sólo tu amor.

A la Sociedad «Amigos del País» Cual gladiador valiente que al circo peligroso se abalanza y lidia tenazmente, trémulo de valor y de esperanza,

Mi Pedro no es soldado; no ambici… de César ni Alejandro los laurele… si a sus sienes aguarda una corona… la hallará del estudio en los verg… ¡Si lo vierais jugar! Tienen sus…

Te vas, y el alma dejas sumida en amargura, solitaria, y mis ardientes quejas, y la tímida voz de mi plegaria, indiferente y frío

Hay un ser apacible y misterioso que en mis horas de lánguido repos… me viene a visitar;. yo le cuento mis penas interiores, porque siempre, calmando mis dolor…

¡Hace ya tanto tiempo...! Silenci… sí, indiferente no, Patria bendita… yo he seguido la lucha fatigosa con que llevas de bien tu ansia in… Ha tiempo que no llena

¿Por qué te asustas, ave sencilla? ¿Por qué tus ojos fijas en mí? Yo no pretendo, pobre avecilla, llevar tu nido lejos de aquí. Aquí, en el hueco de piedra dura,

¡Oh, tú, que errante vagas, ausent… vertiendo en tristes notas tu amar… Escúchame un momento, da tregua a… y entrega a la esperanza tu mártir… No pueden, no, calmando tus horas…

Nuestro dulce primogénito, que sabe sentir y amar, con tu recuerdo perenne viene mi pena a aumentar. Fijo en ti su pensamiento,