Desnuda se sentía igual que un pez… vestirla era peor que amortajarla; inocente y perversa como un mundo… alegre y repartida como el pan de… No quise retenerla, ¿de qué hubier…

Malditos sean los bobos con medall… los probos ciudadanos, los chivato… los candidatos (cierra la muralla)… los ascetas a dieta de tres platos… los ungidos, los líderes en serie,

Como fumo demasiado mi voz se empieza a quebrar, sueno tan desafinado: si—do—re—mi—fa—sol—la, Vivo del cáncer a un paso

Entre la cirrosis y la sobredosis andas siempre, muñeca. Con tu sucia camisa y, en lugar de sonrisa,

A menudo lo noble no es lo bello ni el camello peor el más barato, calizas son las manos de Pilato, de ceniza el tumor de tu cabello. El caballero la prefiere tonta,

Se llamaba Soledad y estaba sola como un puerto maltratado por las… coleccionaba mariposas tristes direcciones de calles que no exist… pero tuvo el antojo de jugar

Niégate a barnizar el inclemente muro de san Fermín con trampantojo… llámanos por el nombre de la gente… ayúdanos a andar, que andamos cojo… Descalabra el establo y el casino,

A la hora del atraco y la pensión, cuando el infierno acecha en la es… cuando pierde los nervios la razón… y cruza el perseguido la frontera, a la hora de abrazar,

La ciudad donde vivo ha crecido de espaldas al cielo, la ciudad donde vivo es el mapa de la soledad. Al que llega le da un caramelo

Una gota de sangre en MTV, un cadáver conectado a Internet, Mona Lisa llorando en el jardín, un licor de cianuro, muera el futuro,

La noche de Madrid firma postales de ventanas con tedio en cada ojer… zarcillos de bananas tropicales, fulanas de canana en bandolera. La noche de Madrid, a san Vicente

Y ya que me preguntas te diré que sé lo que es tener catorce años y estar muerto, lobo de mar anclado en la ciudad,

Máter España de barba peregrina, que falta a misa de doce, que no conoce rutina, masona, judía, cristiana,

Las gafitas de las pecas, con complejo de muñeca desconchada frota su cuerpo desnudo contra el lino blanco y mudo