#Andaluces #Cantautores #Españoles #SigloXX #SigloXXI
Tirado en la cuneta sin nada que perder, sentado en la maleta (parece que fue ayer), espero que el diablo
Vencido sin honor en mas combates que Aureliano, el menor de los Buendía, harto de biselarte escaparates a los charlines de la hipocresia, hastiado del servil dime y direte
#CientoVolandoDeCatorce #Soneto
Máter España de barba peregrina, que falta a misa de doce, que no conoce rutina, masona, judía, cristiana,
Benditas sean las raras excepciones, los moratones de los vulnerables, los labios que aprovechan los rincones, más olvidados, más inolvidables, benditos sean, benditos sean.
Me adelantó un talón de setecientas, Más gastos, sin contar otras quinientas En fichas del casino, Mi último tren llegaba con retraso, Así que decidí aceptar el caso
No amortaja la tinta el alfabeto sino la caja encinta de Pandora, abona mi locura un chip inquieto, me apoltrona la usura de la aurora. Duermo al toque de centinela alerta,
Esta sala de espera sin esperanza, estas pilas de un timbre que se secó, esta mala ventura, esta contradanza, este tráiler de mudanzas, con los muebles del amor.
Una gota de sangre en MTV, un cadáver conectado a Internet, Mona Lisa llorando en el jardín, un licor de cianuro, muera el futuro,
Maldita sea la mantis religiosa, el granizo, el pulgón, la filoxera, el parkinson, la seta venenosa, la raposa, el bromuro, la dentera. Malditos sean los fachas reciclados,
Antes de ti yo ya existía, antes de ti ¿no lo sabías? yo ya cantaba,
Lo primero que quise fue marcharme bien… en el álbum de cromos de la resignación pegábamos los niños que odiaban los espe… guantes de Rita Hayworth, calles de Nue… Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
Evocaré el boliche clandestino que desató mi lengua y tus botones, ¿qué panal libaré cuando el destino me requise la miel de tus pezones? Eccema de mis pilas agotadas,
A ti que te lo haces de baile de disfraces cada día, a ti que te lo montas de niña tonta en medio de una orgía, a ti que me has ganado
Nunca olvidabas festejar a Olvido, a Berlanguita, a Cela, a Ramoncín, cómo te odiaba viéndome excluido de la efímera fama del Spleen. Soñaba que mi nombre, con negritas,
La noche de Madrid firma postales de ventanas con tedio en cada ojera, zarcillos de bananas tropicales, fulanas de canana en bandolera. La noche de Madrid, a san Vicente