Compartimos sólo un desastre lento Me veo morir en ti, en otro, en to… Y todavía bostezo o me distraigo Como ante el espectáculo aburrido. Se destejen los días,

Tal vez cuando nací alguien puso e… una rama de mirto y se secó. Tal vez eso fue todo lo que tuve en la vida, de amor. Porque después (oh, rostro traicio…

Habitación de duendes barre tu casa; deja ya de gemir porque no tienes un manojo de espigas en la falda. Borra de esas paredes

Cuando abro los periódicos (perdón por la inmodestia, pero a… un poco de verdad es más alimenticia y confortante que un par de huevos a la mexicana…

Solo la voz, la piel, la superfici… pulida de las cosas. Basta. No quiere más la oreja, qu… rebalsaría y la mano ya no alcanza a tocar mas allá.

Entre la muerte y yo he erigido tu… que estrelle en ti sus olas funest… y resbale en espuma deshecha y hum… Cuerpo de amor, de plenitud, de fi… palabras que los vientos dispensan…

Algún día lo sabré. Este cuerpo q… mi albergue, mi prisión, mi hospit… Esto que uní alrededor de un ansia… de un dolor, de un recuerdo, desertará buscando el agua, la hoj…

No, no es la solución tirarse bajo un tren como la Ana d… ni apurar el arsénico de Madame B… ni aguardar en los páramos de Ávil… del ángel con venablo

…porque la realidad es reducible a los últimos signos y se pronuncia en sólo una palabra… Sonríe el otro y bebe de su vaso. Mira pasar las nubes altas del med…

Me tendí, como el llano, para que… Y fui una noche entera ámbito de su furia y su lamento. ¡Ah! ¿quién conoce esclavitud igua… ni más terrible dueño?

Los fragmentos de mil dioses antiguos derribados se buscan por mi sangre, se aprisi… recomponer su estatua. De las bocas destruidas

¿Qué se hace a la hora de morir? ¿… ¿Se agarra por los hombros al que… ¿Se echa uno a correr, como el que… las ropas incendiadas, para alcanz… ¿Cuál es el rito de esta ceremonia…

Cuando nos lo anunciaron los que v… los que llevan el mar ausente entr… en forma de sencillos caracoles, temblamos de alegría, como bajo el… el pétalo colmado de las flores.

He aquí la regla de oro, el secret… Tener un sitio para cada cosa y tener cada cosa en su sitio. Así arreglé… Impecable anaquel el de los libros…

Nunca, como a tu lado, fui de pied… Y yo que me soñaba nube, agua, aire sobre la hoja, fuego de mil cambiantes llamaradas… sólo supe yacer,