#EscritoresMexicanos
Inclinada en tu orilla, siento com… Trémula como un sauce contemplo tu… formada de cristales transparentes… Huyen contigo todas las nítidas im… el hondo y alto cielo,
¿Es grande el mundo? —Es grande.… ¿Es largo el tiempo? —Es largo. L… ¿Es profunda la mar? —Pregúntasel… (El Tentador sonríe. Me acaricia… y me dice que duerma.)
Ahora estoy de regreso. Llevé lo que la ola, para romperse… —sal, espuma y estruendo—, y toqué con mis manos una criatura… el silencio.
Lo supe de repente: hay otro. Y desde entonces duermo solo a med… y ya casi no como. No es posible vivir
Al pie de un sauce, triste Narcis… o cerca de una roca inexorable quiero dejar mi cuerpo como el que deja ropas en la playa… Ay, mis brazos, guirnaldas desceñi…
Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca. Ninguno está tan cerca. A ningún… un olvido, una ausencia, a veces m… Matamos lo que amamos. ¡Que cese…
Quisimos aprender la despedida y rompimos la alianza que juntaba al amigo con la amiga. Y alzamos la distancia entre las amistades divididas.
Convaleciente de tu amor y débil como el que ha aposentado largamen… agonías y fiebres, salgo, purificada y tambaleante, al reclamo de calles y de patios.
Porque éramos amigos y, a ratos, n… quizá para añadir otro interés a los muchos que ya nos obligaban decidimos jugar juegos de intelige… Pusimos un tablero enfrente de nos…
Señora de los vientos, garza de la llanura, cuando te meces canta tu cintura. Gesto de la oración
…porque la realidad es reducible a los últimos signos y se pronuncia en sólo una palabra… Sonríe el otro y bebe de su vaso. Mira pasar las nubes altas del med…
Si te digo que fui feliz, no es ci… No creas lo que yo creo cuando me… El recuerdo embellece lo que toca: te quita la jaqueca que tuviste, el sopor de la siesta lo transfigu…
Aquí vine a saberlo. Después de a… como agua entre las piedras y de a… de agua que cae despedazada y rota he venido a quedarme aquí ya sin l… Hablo no por la boca de mis herida…
Solo la voz, la piel, la superfici… pulida de las cosas. Basta. No quiere más la oreja, qu… rebalsaría y la mano ya no alcanza a tocar mas allá.
Nunca, como a tu lado, fui de pied… Y yo que me soñaba nube, agua, aire sobre la hoja, fuego de mil cambiantes llamaradas… sólo supe yacer,