Renata Ramírez

Las madrugadas me sientan mal.

Estoy llorando por saberte,
Lloro después de leerte.
Mi alma desvanecida por la madrugada
Ahogada por el recuerdo.
Frenética de amor,
Obsesiva de tu nombre.
Soy, la única tortura de mi martirio
Dándole razones a mi corazón de romperse estruendosa y cruelmente.
Soy yo quien decide llorar,
Porque en mi sufrimiento
revivo en nosotros
 
Tómame de una vez,
Porque de tus palabras nacían grandes mundos,
De nuestro amor lo esperaba todo
y ya no me queda nada.
 
Si un amor tan florecido como el nuestro
Se marchitó
Entonces, no quiero volver a saber nada al respecto.
 
Estoy ajena a la ilusión,
Y abriéndole paso al desafortunado sollozo.

Piaciuto o affrontato da...
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