Renata Ramírez

La calma

Silencio.
Blanco silencio.
Serenidad cual mar
a las seis de la tarde:
Justo cuando el sol besa al mar.
 
Calma,
paz.
Alma silenciosa
Libre de tanto ruido.
A mi aliado y confidente
Amigo y precioso compañero del alma:
Gracias, mar.
De tus olas preciosas me visto
y te encomiendo mi más sincero amor.
A tu aroma y color agradezco
Que con mi visita hoy me renuevo
Soy agradecida y bendita hija tuya
Colmada de amor.
Gracias por sanarme,
Querido, precioso mar...
 
Y a ti,
Gracias, te digo,
que mi alma descansa de tu recuerdo
y de pronto entiendo el olvido.
Cangrejo, que preciso regresarte.
De la mar te recogí
Y es mi deber dejarte.
Sé feliz,
¡Somos libres, al fin!
Agradecida.
Tranquila.
 
Con el alma tan serena,
blanca como arena.
Con el calor del sol agradable
palpitando mientras canto.
 
Si, yo.
Yo soy la arena para el mar.
Guardandome para él,
Dejándolo entrar en mí
Tan perfecto
Sabe cómo llevarse consigo
todos mis males,
todos mis secretos.

Piaciuto o affrontato da...
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