Y después de todo
Me vengo enterando de su gran problema,
Tan oculto en su boca
Pero radiante en sus ojos,
Desde su ausencia
entiendo todo.
Sin intención,
me agarró la mano
reteniendo una sorpresa fatal,
me la dió miedoso
y desapareció cual presa.
¿Me quería?
Eso no es lo importante.
Solo comprendo su gran lección.
¿En qué pensaba hablando con soles y diamantes de luminosa iridiscencia?
¿Me quería?
No.
Pretendía sustituir a su amor.
...Su boca me usó.
Esa que tiene un nombre ya escrito,
Ni el mío, ni el suyo.
Él es como el mar,
se detiene y me avienta desde la lejanía como bala, dejándome un poco del perfume que creó.
Y cuando menos lo esperaba
rompió mis vidrios
como una buena emboscada,
silenciosa y maldita,
¿Por qué la reflejó en mi?
Como buen amante,
Como buen amor,
como alma y compañero ajeno
Me obsequió un gran peso,
me regaló su más-grande-problema.
Yo,
inocente de amor
lo agarré.
Pero ahora no sé qué hacer con él.
No lo quiero,
Ni lo pedí.
Así que ten.
Tómalo de una vez
Y déjame echarme a correr.
Que quisiera eliminarlo ahora mismo de mi,
Que quiero deshacerme de el,
Que no no solo quiero esfumarlo;
Quiero aventarlo
Quiero desecharlo
Quiero vomitarlo.
...de una sola vez.