#EscritoresColombianos
Más allá de la noche que titila en… Más allá incluso de mi primer recu… Está Lola– mi madre– frente a un… empolvándose el rostro y arreglánd… Tiene ya treinta años de ser hermo…
Aquel amor de fiebre y de tormento… pendiente de la luna entre los coc… me traía presagios de tu cuerpo Pe… Pero estaba demasiado enfermo para… la intimidad de tus caricias No hu…
Gracias, señor Por hacerme débil Loco Infantil Gracias por estas cárceles
Intentas sonreír Y un soplo amargo asoma Quieres decir amor y dices lejos Ternura y aparecen dientes Cansancio y saltan los tendones
La nieve de los años bajó de tu cabello a tus pupilas y te quedaste ciego y luego te quedaste casi mudo Castigo de la vida
Los habitantes de mi aldea dicen que soy un hombre despreciable y peligroso Y no andan muy equivocados Despreciable y Peligroso
Está quieto el jardín soportando l… de un marzo que se anunciara vento… Tan fugaz que parece un enero Penetrado de noche en limoneros y… Opalino a lo lejos en la frente de…
«Dibujo tu perfil del faro a las m… Luz de alucinaciones son tus ojos… El mar salta en las piedras y mi a… El sol se hunde en el agua y el ag… Eres casi de sueño. Eres casi de…
Los poetas, amor mío, son Unos hombres horribles, unos Monstruos de soledad, evítalos Siempre, comenzando por mí. Los poetas, amor mío, son
Son un dios en mi pueblo y mi vall… No porque me adoren Sino porque y… Porque me inclino ante quien me re… unas granadillas o una sonrisa de… O porque voy donde sus habitantes…
Más allá de la muerte y sus desola… que perviven intactas como la vida… hay un sol habitado de palomas y á… que guarda tu futuro en mitad de m… Joaquín Pablo mi viejo niño y ama…
Que te vas a acordar Isabel de la rayuela bajo el mamoncillo d… de las muñecas de trapo que eran n… de la baranda donde llegaban los b… Habana cargados de…
Siento escalofríos de ti, Hermana muerte, De verme en esta sala Mirando un cuadro de David Y súbitamente entrar en la vejez
Fuiste un testigo indolente Ni comprendiste Ni ayudaste a la víctima. Fuiste un cómplice de la perfidia… Tácitamente aceptaste
A esa abuela ensoñada venida de Constantinopla A esa mujer malvada que me esquilmaba el pan A ese monstruo mitológico