#EscritoresColombianos
Yo broté de un muchacho atormentad… que soñaba diurnos sueños de ser q… Al principio fui pensar intermiten… y él me dejaba hacer sin saber que… con el correr del tiempo por supla…
Cuánta congoja agazapada Llevas, Eusebio El paisaje moral de tus contemporá… Te afectó como una lepra blanca. Eres demasiado sensible, muchacho
Tengo en la cabeza Un pájaro celeste Que anida en esta prisión. Tengo en este pájaro Un ardiente corazón.
Los habitantes de mi aldea dicen que soy un hombre despreciable y peligroso Y no andan muy equivocados Despreciable y Peligroso
Gallo de ónix y oros y marfiles ru… quédate en tu ramaje con tus putas… Hazte el perdido El Robado Hazte… Anoche le oí a mi padre llegó tu h… Mañana afílame la tijera para moti…
Si quieres saber de Raúl Que habita estas prisiones Lee estos duros versos Nacidos de la desolación Poemas amargos
Cuando te conocí venía de estar mu… Muerto y amortajado en mis propios… Venía de esconderme en una grave l… que tomaba mi vida y se la ofrecía… para que él la llevara a un lugar…
Dama del alba Con tu niñez de golondrina haciend… inauguraste en mí el sendero del c… Espeso amor Como la embriaguez del Stropharia
Siento escalofríos de ti, Hermana muerte, De verme en esta sala Mirando un cuadro de David Y súbitamente entrar en la vejez
Instantáneo relámpago Tu aparición. Te asomas súbitamente En un vértigo de fuego y música Por donde desapareces.
Si quisieras oír lo que me digo en… el rubor de tu rostro sería la rec… Son palabras tan íntimas como mi p… que padece el dolor de tu implacab… Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un…
He recorrido hospitales mitigando… Una locura que durante muchos años ayudó a mi imaginación en mi poesí… pero que después se volvió amenaza… y puso en peligro mi vida
Sus sentimientos más leves que las… pero fuertes como su vuelo Su viri… de un príncipe masculino soñador y… el del que no quería amar pero ama… la tierra Los míticos cebúes blanc…
Me hubiera gustado ser varón para poseerte Para darnos trompadas en señal de… y de fidelidad Para ponerme las botas de capataz
Como fuerza de monte en un rincón oscuro la infancia nos acecha. Así el leopardo—Martha Cristina… El leopardo se asoma por tus ojos