Una premonición poética que, una vez superada su aparente rudeza, nos llena de consuelo. El Poeta ve en la muerte que se aproxima una promesa de vacío perenne... ¡Qué ventura! Sin dolor, sin angustia, sin dicha ni esperanzas.
Lao Tse nos enseñó que es precisamente en el vacío donde se encuentra el sentido de todo. Sin el hueco de la puerta no podríamos trasponer el muro; sin el cuenco del vaso sería imposible beber el agua, sólo por dar un par de ejemplos.
Luego José Gorostiza nos revelaría en su monumental poema "Muerte sin fin": "Aunque se llame Dios, no será sino un vaso que nos amolda el alma perdediza..."
No olvidemos lo que dice el epitafio en la tumba de Nikos Kazantzakis allá en Creta: "No temo nada... No espero nada... Soy LIBRE."
Alfredo Jiménez G.
7yUna premonición poética que, una vez superada su aparente rudeza, nos llena de consuelo. El Poeta ve en la muerte que se aproxima una promesa de vacío perenne... ¡Qué ventura! Sin dolor, sin angustia, sin dicha ni esperanzas. Lao Tse nos enseñó que es precisamente en el vacío donde se encuentra el sentido de todo. Sin el hueco de la puerta no podríamos trasponer el muro; sin el cuenco del vaso sería imposible beber el agua, sólo por dar un par de ejemplos. Luego José Gorostiza nos revelaría en su monumental poema "Muerte sin fin": "Aunque se llame Dios, no será sino un vaso que nos amolda el alma perdediza..." No olvidemos lo que dice el epitafio en la tumba de Nikos Kazantzakis allá en Creta: "No temo nada... No espero nada... Soy LIBRE."