Oh novia imposible, tan casta y hermosa, tan pura y ta… que tarde por tarde en la muda ventana me esperas y envejeces ansiando que pronto

Hoy te contemplo en el piano, seño… las manos sobre las teclas, en los… y ambiciona santamente la dicha de… mi corazón, por estar bajo tus pie… Porque yo sé de tu planta ser de t…

Del fondo de mi alma oscura van hasta ti mis dolores como una sarta de flores en empobrecida blancura. Del ensueño a la luz pura,

Esta novia del alma con quien soñé… fundar el paraíso de una casa risu… y echar, pescando amores, en el ma… mis redes, a la usanza de la edad… es blanca como la hostia de la pri…

Un faquir del Oriente, alto y esc… Me ha revelado, amada, este secret… En una de las salas espaciosas, de Dios en el alcázar, bulliciosas… jugaban una noche dos estrellas

Señor, Dios mío: no vayas a querer desfigurar mi pobre cuerpo, pasajero más que la espuma del mar. Ni me des enfermedad larga

Me impongo la costosa penitencia de no mirarte en días y días, porq… cuando por fin te miren, se anegue… como si naufragasen en un golfo de… de melodía y de vehemencia.

En mi ostracismo acerbo me alegré… con el encuentro súbito de una her… que tiene un largo nombre de remot… la hija del enjuto médico del luga… Antaño íbamos juntos de la casa a…

Sonámbula y picante, mi voz es la gemela de la canela. Canela ultramontana e islamita,

Yo tuve, en tierra adentro, una no… ojos inusitados de sulfato de cobr… Llamábase María; vivía en un subu… y no hubo entre nosotros ni sombra… Acabamos de golpe: su domicilio es…

Mi carne pesa, y se intimida porque su peso fabuloso es la cadena estremecida de los cuerpos universales que se han unido con mi vida.

Transmútase mi alma en tu presenci… como un florecimiento, que se vuelve cosecha. Los amados espectros de mi rito para siempre me dejan;

Señora: llego a Ti desde las tenebrosas anarquías del pensamiento y la conducta, par… aspirar los naranjos de elección, que florecen

Cuando contemplo a veces que plegando los labios enmudeces, mi adoración pretende en su locura bajar hasta tu alma a paso lento y sorprender, en su mansión oscura…

¡Oh pobres almas nuestras que perdieron el nido y que van arrastradas en la falsa corriente del olvido! Y pensar que extraviamos