Mi madre tuve en ásperas montañas,
Si inútil con la edad soy seco leño,
Mi sombra fue regalo a más de un sueño,
Supliendo al jornalero las cabañas.
Del viento desprecié sonoras sañas
Y al encogido Invierno cano ceño,
Hasta que a la segur villano dueño
Dio licencia de herirme las entrañas.
Al mar di remos, a la patria fría
De los granizos, vela; fui ligero
Tránsito a la soberbia y osadía.
¡Oh amigo caminante!, ¡oh pasajero!,
Dile blandas palabras este día
Al polvo de Jasón, mi marinero.