(1976)
#Mexicanos #PremioCervantes #PremioNobel #SigloXX [1976-1987]
Oídos con el alma, pasos mentales más que sombras, sombras del pensamiento más que pasos, por el camino de ecos que la memoria inventa y borra:
Paramera abrasada del amarillo al encarnado la tierra es un lenguaje calcinado. Hay púas invisibles, hay espinas en los ojos.
Bajo mis ojos te extendías, país de dunas –ocres, claras. El viento en busca de agua se detuvo, país de fuentes y latidos. Vasta como la noche,
El libro el vaso el verde obscuramente tallo el disco lecho de la bella durmiente la música
La mirada interior se despliega y un mun… soles azules, verdes remolinos, picos de… tornasol solitario, ojo de oro girando e… bosques de cristal de sonido, bosques de… ¡viento, galope de agua entre los muros…
Quedo distante de los sueños. Abandona mi frente su marea, avanzo entre las piedras calcinadas y vuelvo a dar al cuarto que me encierra… aguardan los zapatos, los lazos de famil…
El joven Hassan, por casarse con una cristiana, se bautizó. El cura, como a un vikingo,
Canta en la punta del pino un pájaro detenido, trémulo, sobre su trino. Se yergue, flecha, en la rama, se desvanece entre alas
Tus ojos son la patria del relámpago y d… silencio que habla, tempestades sin viento, mar sin olas, pájaros presos, doradas fieras adormecid… topacios impíos como la verdad,
Nubes a la deriva, continentes sonámbulos, países sin substancia ni peso, geografías dibujadas por el sol y borradas por el viento. Cuatro muros de adobe. Buganvillas:
Mudo, tal un peñasco silencioso desprendido del cielo, cae, espeso, el cielo desprendido de su peso, hundiéndose en sí mismo, piedra y pozo. Arde el anochecer en su destrozo;
#Soneto
Déjame, sí, déjame, dios o ángel, demoni… Déjame a solas, turba angélica, solo conmigo, con mi multitud. Estoy con uno como yo, que no me reconoce y me muestra mis arma…
Llegas, silenciosa, secreta, y despiertas los furores, los goces, y esta angustia que enciende lo que toca y engendra en cada cosa
En llamas, en otoños incendiados, arde a veces mi corazón, puro y solo. El viento lo despierta, toca su centro y lo suspende en luz que sonríe para nadie:
La noche nace en espejos de luto. Sombríos ramos húmedos ciñen su pecho y su cintura, su cuerpo azul, infinito y tangible. No la puebla el silencio: rumores silenc…