alumbra algún planeta que se hizo trizas
y pese a todo sigue orbitando,
con su satélite un reloj de plata.
adentro del mismo existen las gentes,
pero solo son siete y viven distantes.
no se ven ni se hablan, ni tienen las ganas
que pena más grande transmiten sus caras.
Uno de ellos, Antiguo, vive en un desierto
a veces en la tierra suele escribir,
palabras que el viento no deja vivir:
“Disipando las dudas, voy cruzando estas dunas. De un desierto que no puedo cruzar.
Y sediento y sin sed, aquí todo es invierno. Y mi alma llena de arena espera a alguien que gire el reloj y empiece la cuenta atrás.
Me muero cuando tú no estás”
Antiguo no vive ni muere, tan solo persiste.
Cinco como él habitan igualmente.
La sexta persona le buscará por siempre.