Tus cartas son un vino
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
El rayo que no cesa
Alfredo Jiménez G.
9aFue pastor en su pueblo natal aún antes de aprender a leer y escribir. En los campos de Orihuela se formó el Poeta desde esa etapa temprana de su vida. Si este poema fue escrito en su última época, cuando fue prisionero porque la tiranía franquista quiso callarlo, es testimonio de la ansiedad con la que bebía las palabras contenidas en las cartas de su amada esposa Josefina Manresa. En un rincón de la fría celda de la que no saldría vivo, esas misivas serían su consuelo y también una causa de inquietud, pues en una de ellas se enteraría de que su mujer y su hijo "sólo comían pan y cebolla". Previamente leídas por los guardias que estudiaban cada letra y cada coma, se le entregaban con los sobres abiertos y el Poeta, consciente de que no tenía derecho ni a su intimidad pastoreaba sus tesoros epistolares en una esquina húmeda del calabozo "donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación" (como apuntó Cervantes). Por lo menos de ese modo tan estrictamente censurado tuvo noticias de su familia. La "paloma mensajera" debidamente inspeccionada pluma por pluma por los infames guardias civiles, podía cumplir, no sin dificultades, la noble misión de mantener comunicados a quienes tanto se amaron en tan adversas circunstancias. ¿Cuál fue el delito de Miguel Hernández? Escribir poemas sin dejar que su palabra fuera domeñada. Si este poema fue escrito en fecha previa a la injusticia que lo privó de su libertad y de su vida, entonces fue premonitorio, porque el Poeta de Orihuela siguió publicando cartas y versos mucho tiempo después de heber muerto. Escribió "con zumo de clavel, sobre sus propios huesos", gracias al heróico desafío de muchos amigos suyos que arriesgaron vida e integridad al conservar manuscritos y cartas de un hombre que no podrá callar jamás.