Un día que por fin te conocí
No tenía la más mínima idea que hacer,
Y empecé primero por hablarte,
Todo comenzó a tu alrededor, y yo
Por escucharte moría por querer.
A pesar que aún no empezaba hablar,
Mis labios empezaron a temblar,
A tus buenos consejos
Cada voz cantaba,
Preferí el silencio, para oírte cantar!
Pero no te detengas, amor mío,
Tú sabes bien que hacer,
Suficiente, con tu voz adorable
Para yo comenzar arder.
A través de tus miradas de nubes,
Que al cielo poco a poco
Me ha de llevar,
Reconociendo aquí en tu propio mundo
A MI corazón podías salvar.